El trabajo y la salud mental, dos cara de una moneda

Desde edades tempranas se aconseja que se tengan hábitos y rituales para ordenar el día, para que los niños y niñas entiendan qué va antes y qué va después y puedan medir mejor lo que pasa a su alrededor. En la edad adulta, los hábitos siguen como ordenadores del tiempo y la vida y en estos también se encuentra la actividad profesional o la académica.

Una vez superada la época de los estudios, la entrada en el mundo laboral puede suponer una gran incertidumbre a quien empieza a recorrer este camino. El trabajo vertebra, ayuda a realizarse de alguna manera y sirve como vehículo para conocer otras situaciones y otras realidades, dependiendo de las tareas que se desarrollen.

Por todas las acepciones positivas, tenerlo o no, en algunos casos se convierte en un tema fundamental para la salud mental de quien lo demanda. De hecho, más del 70% de los jóvenes desempleados sienten que su situación afecta negativamente a su salud mental.

Esta es una de las conclusiones que se desprende del estudio realizado por la Fundación Santa María La Real, “Salud Mental Juvenil y la empleabilidad en Castilla y León” . En este se quiere llamar la atención sobre el contexto de incertidumbre y ansiedad que muchos jóvenes viven cuando no encuentran trabajo, desmotivándose y encontrándose abatidos en un momento de transición tan grande como es la entrada en el mundo laboral.

Este estudio, además, incide en el impacto que tiene el desempleo en personas que viven en zonas rurales y en la brecha de género, ya que el 60.6% de las mujeres encuestadas tenían problemas de salud mental frente al 41.2% de la población masculina que ha participado en la encuesta.

La Fundación Santa María la Real ya lanzó la Plataforma para la Salud y Empleabilidad Juvenil donde se pueden encontrar múltiples recursos  para afrontar momentos clave como el rechazo, entrenarse en la incertidumbre o emprender de manera saludable.

La salud mental, según la definición de la OMS, “es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.”

Esto es algo fundamental en épocas de cambios en los que no se cuentan con herramientas ya aprendidas para hacer frente a nuevos contextos y escenarios, distintos a los vividos hasta ese momento.

Integrar el componente de bienestar emocional, aceptar las emociones, las negativas y positivas, y validarlas, según los expertos, es el primer paso para encontrar un equilibrio mental.

Castilla y León, además de la puesta en marcha de distintos proyectos de educación emocional   y las distintas estrategias puestas en marcha para la juventud, promociona un contexto de trabajo estimulante, dando los canales adecuados para la búsqueda de empleo, y ofreciendo una propuesta formativa a los demandantes.