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Empresas de Castilla y León
El sector de la energía es uno de los más fuertes en Castilla y León, tanto por la presencia de diversas empresas que se dedican a ello –con los correspondientes puestos de trabajo que generan, directos e indirectos- como por el número de megavatios instalados. Según una publicación reciente, en el año 2023 se habrían alcanzado los 20.744 gigavatios hora.
La fotovoltaica y la eólica son las energías renovables con mayor aplicación en la región. De hecho, sólo de esta última, se contabilizan más de 6.600 megavatios instalados, lo que supone más del 20% a nivel nacional.
Pero no sólo estas dos tecnologías triunfan Castilla y León. La biomasa térmica no se queda atrás, contando con distintos proyectos de redes de calor, o district heating, que involucran a edificios públicos y privados, dotándoles de calefacción y agua caliente sanitaria generada a través de la combustión de biomasa que computa neutro en el ciclo del CO2.
El año 2023 se cerraba con distintas instalaciones ya en marcha –40 km de redes de calor, una planta de biogás y 5 instalaciones solares– que permitían un ahorro de 41.000 toneladas de CO2. Con lo que hay proyectado se espera que, en los próximos años, se pueda ahorrar hasta 160.000 toneladas de CO2. Y, a todo esto, habría que sumarle, por su parte, lo que tiene que ver con la eólica y la fotovoltaica.
En cualquier caso, este no es un mero cálculo. Es el resultado palpable de por qué se invierte en energías renovables. Los beneficios redundan en la sociedad, una sociedad que cada vez es más consciente de la importancia de ser respetuosa con los recursos y comprometerse con soluciones sostenibles. Es ella, con sus demandas, la que da el primer paso para que las fuentes limpias puedan prosperar.
El compromiso por contribuir a una mayor calidad del aire es tarea común. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación sería de las primeras causas de muerte al año, por encima de los accidentes de tráfico, porque agrava las enfermedades que ya existen, especialmente las respiratorias. Así, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada año fallecen prematuramente de media en España 25.000 personas por esta causa.
Con estas cifras, resulta urgente poner en marcha planes y políticas públicas encaminadas a revertir la situación, mejorar la calidad del aire en las ciudades, especialmente en los núcleos urbanos, y, por ende, mejorar la calidad de vida.
Una ciudad que contamina poco a través de la energía que produce y consume, a través de cómo se mueve, con hábitos saludables, y de la infraestructura verde con la que cuenta es una ciudad amable y sostenible y, en este sentido, las de Castilla y León tienen mucho que decir.